bruno mathon

Luego dirigió varios cortometrajes para televisión y cine. En 1969, en el taller Henri Goetz, aprendió las técnicas del grabado bajo la dirección de Riccardo Licata, de quien se convirtió en su ayudante en 1971.

Escribió críticas de arte en revistas, expuestas en París, Madrid y Venecia en los años 1970. De 80 a 1998, participó como crítico de arte en el programa de Jean Daive “Peinture fraîche”, sobre la cultura francesa.

En 2011 creó con Léon Gomez una revista de arte en Internet: “Le Pavillon turquesa”. Desde la década de 2000 ha expuesto regularmente en Japón (Tokio, Kioto, Nagoya) y en París. Publica una novela “Y luego, y luego otra vez” con ediciones Impecables.

Sobre la pintura de Bruno Mathon

Nunca me desesperé de la pintura, ahora me agradece entregándose a mí mismo.

Después de haber recorrido este largo camino; Partiendo de la nada, contemplando el tenue brillo del lienzo, volví a cruzar la representación, luego su deconstrucción para volver al enigma que nos acecha el de la emergencia de la forma. Momento crítico si lo hay, porque es ella sola la que tiene el poder de crear presencia, y este es el tema… El modelo.

Modelo esquivo ya que solo aparece a través del acto del pintor; modelo que lleva el nombre de él mismo que se liberó de su matriz de ausencia, modelo después del hecho.

El dibujo me salvó del abandono, pero también el mar y su resplandor solar, nada más que la luz y el inmenso vacío del agua. Allí, nadando sin prisas hacia el sol, me hubiera gustado que la pintura fuera así, llevada por la ola infinitamente repetida, su único sentido.

Decimos Venus nacida del agua, lo creo sin dificultad, nada se parece más a la superficie del agua que la del papel, y la belleza del amor ha surgido bajo el trazo de un lápiz como un sueño depositado “casualmente” en este sencillo material de un hermoso papel de dibujo italiano.

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